Ciberseguridad en la cadena de suministro

29/08/2025

En un entorno industrial cada vez más interconectado, proteger la cadena de suministro digital se ha convertido en una prioridad estratégica. La ciberseguridad en la cadena de suministro no solo abarca los sistemas internos, sino también a todos los proveedores, plataformas y servicios externos que interactúan con la organización. 

Qué es un supply chain attack y por qué están aumentando 

Un ataque a la cadena de suministro ocurre cuando un actor malicioso se infiltra en la red de un proveedor o tercero y compromete el software antes de que este sea enviado a los clientes. En vez de atacar sistemas bien defendidos, los adversarios aprovechan eslabones más débiles, que pueden ser vulnerabilidades de código abierto conocidas y ampliamente utilizadas como, por ejemplo, Log4Shell.  

La tendencia al alza de este tipo de ataques responde a diversos factores. En primer lugar, el ritmo más acelerado de los negocios hace que los ciclos de liberación de software sean, a su vez, más rápidos. Como consecuencia, pueden aparecer vulnerabilidades de seguridad en producción, ya que no hay tiempo suficiente para encontrarlas y corregirlas.  

En segundo lugar, la cada vez mayor complejidad de los ecosistemas tecnológicos hace que tengan mayor número de dependencias. Por ejemplo, de servicios cloud o software de terceros. En tercer lugar, han surgido nuevos y evolucionados ciberataques dirigidos a la cadena de suministro, como Dependency o Namespace Confusion, Typosquatting, inyecciones de código malicioso y el más reciente ataque conocido como Protestware. 

El caso SolarWinds: lecciones para Chile y el mundo 

El caso SolarWinds, ocurrido en 2020, es uno de los ejemplos más claros de la magnitud que puede alcanzar este tipo de incidentes. En esa ocasión, una actualización corrupta del software Orion permitió a los atacantes infiltrarse en más de 18.000 organizaciones, incluyendo agencias gubernamentales y grandes corporaciones en todo el mundo.  

La lección que deja este episodio es contundente: incluso las infraestructuras más críticas pueden ser vulnerables si no existe una estrategia de protección integral. Entre los aprendizajes extraídos de SolarWinds se destacan la necesidad de una defensa en profundidad, el uso de Software Bill of Materials (SBOM) para conocer con precisión cada componente de los programas, y el fortalecimiento de los procesos de actualización con mecanismos de monitoreo y verificación confiables.  

Riesgos en proveedores digitales, cloud y software externo 

La confianza ciega en proveedores digitales, plataformas cloud y software externo representa otro de los grandes desafíos. La falta de visibilidad sobre la seguridad de los servicios gestionados, el uso de librerías open source sin el debido mantenimiento o la exposición de credenciales compartidas pueden convertirse en la puerta de entrada a un ataque mayor.  

Casos recientes, como el ciberataque a Marks & Spencer en 2025 que generó pérdidas de más de 300 millones de libras, evidencian lo rápido que una vulnerabilidad en un proveedor puede transformarse en una crisis corporativa de gran escala.  

Regulaciones emergentes y buenas prácticas recomendadas 

A medida que estas amenazas se multiplican, la regulación también evoluciona. En Europa, iniciativas como DORA, NIS2 o el Cyber Resilience Act establecen nuevas obligaciones para que las organizaciones garanticen la trazabilidad y la seguridad de sus cadenas de suministro digitales. Estas normativas exigen una evaluación continua de riesgos, cláusulas contractuales específicas en acuerdos con terceros, certificaciones internacionales como ISO/IEC 27001 y la incorporación de proveedores en planes de contingencia y protocolos de respuesta coordinada.  

La tendencia apunta a que marcos similares se adopten en Latinoamérica, lo que obligará a las empresas a dar un salto en madurez en su gestión de riesgos digitales. 

Detectar vulnerabilidades antes de que sea tarde 

La detección temprana de vulnerabilidades es clave para anticiparse a incidentes. La incorporación de inteligencia de amenazas y análisis de comportamiento permite identificar actividades sospechosas incluso en entornos de terceros. El uso de sistemas de detección y respuesta extendida (XDR), junto con la segmentación de redes críticas, ayuda a contener posibles infiltraciones. 

Del mismo modo, el desarrollo y uso de SBOMs facilita visibilidad sobre las dependencias de cada software, mientras que las pruebas de penetración enfocadas en proveedores simulan escenarios reales de ataque. La resiliencia se refuerza además con respaldos inmutables y planes de recuperación ensayados regularmente, complementados con inteligencia artificial para detectar anomalías en tiempo real. 

Conclusión: la confianza como eje de la ciberseguridad 

La ciberseguridad en la cadena de suministro ya no puede considerarse un aspecto secundario ni limitado al área técnica. Hoy constituye un eje estratégico para garantizar la continuidad del negocio y la confianza en entornos industriales hiperconectados. La experiencia internacional muestra que un solo eslabón vulnerable puede desencadenar efectos catastróficos. 

En consecuencia, proteger la cadena de confianza digital exige una visión compartida, marcos regulatorios sólidos, tecnologías avanzadas y una colaboración firme con todos los actores involucrados. En un mundo hiperconectado, la prevención no es opcional: es la única estrategia viable.